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martes, 11 de marzo de 2014

PARECIDO PERO DISTINTO...

La revolución de las realidades...

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IDENTIDAD

ECONOMÍA SOLIDARIA, ECONOMÍA SOCIAL, TERCER SECTOR:

“LAS APUESTAS EUROPEAS”

Temas... Otra Mirada...

LA ECONOMÍA SOLIDARIA: UNA NUEVA DINÁMICA...

a) Sobre las formas de compromiso evolutivas.

b) El cambio de la estructura de las actividades productivas.

c) Una abundancia de iniciativas.

d) Protección social y economía plural.

LA POSICIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA:

Un reconocimiento que debe aún conquistarse.-

Por Jean-Louis Laville

Sociológo, Director de LSCI, Institutions Changing Sociology Laboratory, National Centre of Scientific Research (LSCI-CNRS) Paris, Francia. Director de la colección «Economic Sociology», Desclée de Brouwer Editions. Profesor en el Conservatoire National des arts et métiers (Cnam), Francia. Investigador en temas de economía basada en la solidaridad, tercer sector, servicios de proximidad y desarrollo local; empleo y políticas sociales; organización económica y democracia. Autor de numerosos artículos y libros sobre estos temas.

Traducción de Lucía Federico bajo la supervisión de A.M.Federico-Sabaté y S.Hintze. Publicado en la Biblioteca Virtual TOP con autorización del autor.

ECONOMÍA SOLIDARIA, ECONOMÍA SOCIAL,

TERCER SECTOR: LAS APUESTAS EUROPEAS

RECAMBIO

Jean-Louis Laville: Modulo 1

Existe indudablemente un interés renovado en Europa por un extenso conjunto de organizaciones que no están incluidas ni en el sector privado lucrativo, ni en el sector público. Pero al mismo tiempo la coexistencia de las diferentes terminologías que la designan (economía solidaria, economía social, tercer sector) muestra con claridad las dificultades que subsisten para definirla y tenerla en cuenta. Esta contribución tiene por finalidad principal explicar las razones históricas por las cuales esta realidad es objeto de distintos nombres.

Sin esta aclaración, no podemos más que sorprendernos, o incluso turbarnos, por la ausencia de una unidad de marco de referencia. Con todo, esta particularidad no es irracional, es el producto de una larga trayectoria que marcó los dos últimos siglos de los países europeos. El enfoque dinámico que se presenta a continuación permite entender mejor lo que está en juego en la actualidad haciendo hincapié en las proyecciones y límites del reconocimiento por la Unión Europea.

ECONOMÍA Y SOLIDARIDAD: LA ORIGINALIDAD EUROPEA

La emergencia de las asociaciones modernas fue posible por la instauración de la democracia en Europa. El fenómeno asociacionista se concibió en su origen como vinculado a la ciudadanía y como básicamente sociopolítico (Evers, 1997: 51).

En el Reino Unido, en el siglo XIX, la idea de organismo caritativo a estado en sí vinculada con el debate sobre la ciudadanía. La caridad era un principio social, un componente necesario para la sociedad democrática contribuyendo a su reglamentación por el objetivo moral, el compromiso voluntario altruista. Los gobiernos victorianos tenían por objetivo "proporcionar un marco de normas y directivas concebidas para permitir a la sociedad autogestionarse, en gran medida" de ahí surge una fuerte autonomía para las asociaciones y sus actividades benefactoras que no eran financiadas por el Estado, al mismo tiempo que surge una cooperación con la administración encargada de la ley de pobres. Por otra parte, se financiaban y se administraban localmente una gran parte de las prestaciones sociales públicas, pues la limitación del gobierno central generaba un conjunto "de instituciones intermedias" desarrolladas entre el Estado y el ciudadano que formaba "parte integrante del tejido del Estado" (Lewis, 1997: 169).

En Francia por el contrario, si una parte del conjunto de asociaciones nació de una voluntad filantrópica preocupada por la paz social, la realidad también se ha caracterizado por un igualitarismo republicano. Una concepción de la solidaridad se afirmó a partir de la mitad del siglo XIX: aquella que entiende a la solidaridad como vínculo social democrático. Así pues, Leroux elabora el concepto de solidaridad: "La naturaleza no creó un único ser para sí mismo... ella los ha creado los unos para los otros, y ha creado entre ellos una solidaridad recíproca"(Leroux, 1851: 170). Para escaparse de un individualismo competitivo como de un estatismo autoritario, Leroux se basa en redes de solidaridad que pasaban por el taller, así como por asociaciones o por la prensa para mantener el espíritu público indispensable para la democracia. En esta línea, los proyectos en el sentido de la constitución de una economía "fraternal" o "solidaria" florecieron en los años 1830 y 1840 a través de un verdadero impulso asociacionista.

Estos dos casos mencionan las dos fuentes principales del asociacionismo cívico europeo, ambas dos hacen referencia al concepto amplio y polisémico de solidaridad.

Las acciones colectivas iniciadas en nombre de la solidaridad son pues indisociablemente sociales, económicas y políticas. Sus efectos se difunden a lo largo del siglo XIX. Ellas proporcionan en particular, la matriz de las formas de acción pública que participa de la construcción del Estado social. En paralelo se obtienen progresivamente estatutos jurídicos (cooperativas, mutualidades, sindicatos y asociaciones). Esta institucionalización se traduce sin embargo, en una divergencia creciente entre las dimensiones que antes se conectaban. Los vínculos con los sindicatos se debilitan debido a las tensiones ideológicas en el movimiento obrero.

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