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viernes, 14 de febrero de 2014

EMPLEO: Eficiencia y Equidad...

UN BUEN EMPLEO PARA JÓVENES ES UN BIEN ESCASO.

Por lo tanto no puede estar manejado como bolsa de trabajo, sino, jerarquizarlo como Departamento de Recursos Humano moderno, abierto y eficiente.

Diapositiva6

Introducción a la Economía Social Solidaria.

Las bases estructurales del manejo del Recurso Humano tiene que ver con instalar una “cultura” del trabajo cooperativo, una “estrategia” del recurso humano a mediano y largo plazo y con una “planificación” funcional.

A su vez, las operaciones tienen que ver con los distintos “procesos”, con la personas y con lo medios de formación y capacitación de esas personas y con las herramientas que dispondrán para eficientar su laboreo.

Por último, la “valoración” del empleo cuenta. Que clase de servicio presta, con que grado de eficiencia lo presta y con que capitalización personal de carrera se beneficia. El recurso humano en términos de cooperativas, es un bien preciado y valorado como parte de un MODELO DE EFICIENCIA.

 

Contracara: Lo que está y lo que es.-

La otra economía: entre la eficiencia, el poder y ¿la simpatía?

Leonardo Garnier: Modulo 3

5. Escasez, eficiencia y equidad.

Dijimos que la economía trata de la eficiencia: de que no haya desperdicios. Y en el mercado, la eficiencia se alcanza mediante la optimización de las decisiones individuales referidas a la asignación de los recursos con que contamos. Buscamos alcanzar la mejor situación posible, ya sea mediante la maximización de la satisfacción que obtenemos de nuestro esfuerzo, o mediante la minimización del esfuerzo requerido para alcanzar determinado nivel de satisfacción.

Pero ¿por qué es importante esta obsesión optimizadora? ¿Por qué se insiste tanto en la importancia de asignar y utilizar eficientemente los recursos de que disponemos de manera que no haya desperdicio?

Por lo general, la explicación que se da a esta pregunta es que “los bienes y los recursos son escasos”, es decir, son insuficientes para satisfacer todas las necesidades y deseos de todas las personas. Las necesidades humanas siempre son superiores a la posibilidad de satisfacerlas plenamente: nunca tenemos suficiente. Dicho así, esto es demasiado obvio y general como para ser muy útil. ¿Qué queremos decir realmente con que los bienes o los recursos son escasos? ¿Escasos con respecto a qué? ¿Escasos para quién?

Para explicar el sentido económico de la idea de escasez podemos recurrir a esa conocida frase que tanto usamos los economistas: “no hay almuerzo gratis” o, dicho de otra manera, “al que algo quiere, algo le cuesta”, que básicamente quieren decir que todo tiene un costo o, para ser más precisos, que todo lo que implica un beneficio implica también un costo. Así, cuando decimos que determinado bien o recurso es escaso, lo que estamos diciendo es que para disfrutar de él debemos estar dispuestos a pagar el costo que dicho disfrute implica, es decir, debemos estar dispuestos a sacrificar el disfrute de otros bienes o recursos que habríamos podido tener en su lugar. Decimos que nos resulta escaso aquello que no podemos tener sin sacrificar algo a cambio, sin un trade-off.

La escasez, por tanto, no es un concepto absoluto sino relativo, y encuentra su sustento en una cualidad específica de los bienes que llamamos económicos: el carácter rival y excluyente de su disfrute. Un bien económico, pues, es escaso en un sentido muy particular: su consumo es alternativo al consumo de otros bienes; y su consumo por parte de algunos es alternativo a su consumo por parte de otros. Por eso -como veremos- su disfrute implica siempre un costo de oportunidad, un sacrificio.

Como los recursos son escasos, satisfacer algunos de nuestros deseos y necesidades por medio del uso de esos recursos implica no satisfacer otros deseos y necesidades (o los deseos y necesidades de otros).

Si los bienes y los recursos con que contamos son escasos, lo peor que podría pasarnos sería desperdiciar esos bienes y recursos, usarlos de manera ineficiente. Y de eso trata, precisamente, la economía: del uso eficiente de los recursos. Se dice que “la eficiencia significa que la sociedad está sacando el mayor provecho posible a sus recursos escasos”, es decir, que los aprovecha “de la mejor manera posible”. Pero cabe preguntar: ¿de la mejor manera posible... para quién?

Porque si el verdadero significado de la escasez es “relativo” y se refiere al costo de oportunidad que los distintos bienes y recursos implican para la sociedad, debiera ser evidente que ese costo de oportunidad tiene que ver en gran medida con cómo se distribuyen tanto los beneficios como los costos. Es por eso que algunos autores sostienen que uno de los dilemas o retos principales de la economía radica en que la sociedad no sólo enfrenta un problema de eficiencia, sino que enfrenta también un problema de equidad.

¿En qué consiste la equidad? Esta pregunta puede parecer simple, pero está lejos de serlo. Por lo pronto, limitémonos a plantear que la equidad tiene que ver con la forma en que se distribuyen tanto los costos como los beneficios económicos entre el conjunto de individuos que conforman la sociedad. En palabras frecuentes en los cursos de introducción a la economía, podríamos decir que “la eficiencia se refiere al tamaño de la tarta económica y la equidad a cómo se reparte ésta”.

¿Será posible verlo así? ¿Se puede separar la parte de las decisiones económicas que tiene que ver con “eficiencia” -es decir, con hacer el mejor uso posible de los recursos- de la parte que tiene que ver con “equidad”, con su reparto equitativo? Es una pregunta que, por lo pronto, dejaremos sin responder.

Próximo modulo: Intercambio y Costo de Oportunidad.

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