Un consejo popular Árabe dice: “Lo pasado ha huido, lo que esperas, está ausente, pero el presente es tuyo.”
CONVERGENCIA
DESFRAGMENTAR LA SOCIEDAD
Todo propósito sin persistencia, es un intento.
Y todo intento, como el significado de la palabra indica, es en si mismo, un fracaso.
Es algo que no llegará a concretarse. Que quedara en el camino.
Me llama poderosamente la atención en nuestra comarca cuantos intentos de una misma idea fuerza han fracasado por la simple circunstancia de la fragmentación de sus componentes, aislados e incomunicados por desidia propia mas que por razones estructurales del sistema.
La economía de la fuerza, propone, entre otras cosas, la concentración de un plan en tiempo y espacio. Es necesario ordenar e integrar cada pieza y elemento, desfragmentar el concepto, integrarlo sobre un objetivo colectivo donde se pueda alinear la divergencia propia de todo modelo cultural que impregna una sociedad, muchas veces en forma invisible pero existente al fin.
Es una tarea de paciencia, y de persistencia. No de un intento efímero y escueto, tanto de voluntad, como de propósito como de presupuesto.
Tejer pensamiento. Y colorear redes.
Requiere un proceso de incubación, una herramienta maestra que como muchas herramientas tiene el solo objetivo de ajustar una pieza, una tuerca, un tornillo, una idea.
En lo textil artesanal, comercial, industrial de nuestra comarca, hubo intentos, buenos intentos, con excelentes ideas, varios, aislados. Desde Fabiola Arballo, Andrea Panasia, el Banco de Lanas, y el proyecto del propio actual Gobernador Martín Buzzi siendo ministro y muchos autogenerados con nosotros, desde los grupos aislados de micro emprendedores desde el 97, y habrá mas que se me pasan en este momento, no tengo dudas.
El fracaso de todos estos, tiene un mismo común denominador.
Falta de visibilidad, posicionamiento y comunicación efectiva del hilo conductor de la idea. Faltaron en muchos de ellos, la grandeza de saber compartir, de aceptar ser parte de algo mayor que no nos es propio y la inteligencia de comprender que hay que poner las afinidades que unen el propósito por encima de las ventajas competitivas individuales.
Fueron Proyectos Dispersos. Fueron carentes de convergencia.
Desde que en RADAR estamos trabajando en esta idea de colorear esas redes dispersas, pero valiosas, nos hemos dado cuenta que en todo el globo existen estos procesos en simultaneo, tal ves, con otra configuración, con otro nombre, pero cada sector apunta a inventariarse, reconocerse, dialogar, entenderse y cooperar en lo que los une y esta de acuerdo.
Un proceso ordenado de desfragmentación, es por otra parte, necesario de cara al futuro, porque las nuevas tecnologías apuntan y hacen foco en ese talón de Aquiles. Nuestra “entidad” se disuelve si no enfocamos bien.
Si podemos recolectar esos intentos, esos fracasos parciales, sumarle conocimiento y valor conceptual de otras experiencias similares, si, nos proponemos como dice una joven diseñadora Colombiana, dar puntadas en esa dirección y tejer pensamiento afín, colorear esa red productiva y cultural y darle visibilidad, posicionamiento y un canal efectivo de comunicación, el esfuerzo, no será sacrificio. Dejará de ser un intento para convertirse en un éxito común y compartido. Entre el que cría la oveja, el que la esquila, el que lava, hila y teje, el que confecciona y el que vende y el que compra. El que fabrica los equipos, el que los arregla, el que transporta y el que produce valor en toda la cadena textil. Convergencia, es la palabra. Como dice Karadogian: “No hay que enseñar en que pensar, sino, en como pensar” y este punto es clave para comenzar la trama de una red que como un todo se potencie con confianza hacia el mundo global y en cambio.
“TEJER PENSAMIENTO”
NO SE PUEDE QUERER LO QUE NO SE CONOCE.
Hay que aprender a amar lo que uno hace, esa es la clave del buen humor productivo, y a propósito de eso, dice Saint Supery:
“Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos, en la misma dirección”
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